domingo, 4 de marzo de 2012

Sobre la Semana Santa y la Navidad


Creo que no es secreto para nadie que me conozca o que haya oído hablar sobre nuestra denominación, el hecho de que nosotros no “celebramos” la Semana Santa y la Navidad, entiéndase celebrar el hecho de recordar la entrada a Jerusalén, el recorrido hacia el monte Gólgota, entre otras cosas.

No dejamos de hacer esto porque le restemos importancia, sino porque no fue Instituido por Dios, es decir, no hay ninguna declaración en la Biblia de que teníamos que recordar estas fechas, como fue con la Santa Cena, donde Jesús sí manifestó: “Haced esto en memoria de mí”.

La Semana Santa es, para muchas religiones, recordar la muerte de Jesús. Pero a veces la recuerdan de forma equivocada, recuerdan todo lo que Jesús padeció y sufrió, lo cual no se deja de lado; pero olvidan porque vino a padecer y porque tenía que morir.

“Mas El herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre El, y por su llaga fuimos nosotros curados (Isaías 53: 5)

“… El Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos (Mateo 20: 28)

Se olvida también, en medio del sentimentalismo, que nosotros servimos a un Dios que está vivo, y que vino a cumplir un papel importante en la historia, para que nosotros pudiéramos tener la oportunidad de reconciliarnos con El.

Es por eso que si bien es una fecha importante y especial, quizás nosotros no lo vemos con el mismo sentimiento de tristeza.

En lo que se refiere a la Navidad, pues nosotros tampoco la celebramos, porque en ningún momento Jesús pidió que se le recordara como un niño recién nacido, ni que se celebrara su “cumpleaños” o algo parecido. Todo esto sumado al hecho de que nadie tiene una fecha precisa sobre el nacimiento de Jesús...aún si así fuera, según algunos estudios, la fecha del nacimiento estaría bien lejos de ser en Diciembre, se calcula más o menos entre Septiembre y Octubre.

Además del hecho de que el verdadero sentido que en algún momento se le haya querido dar a ese día, casi se ha perdido por completo, en medio de la algarabía por los regalos, la cena y etc. de cosas, como si Jesús hubiera nacido en medio de lujos.

Sin embargo, lo tenemos por día especial ya que para nosotros significa el cumplimiento de una profecía o promesa:

“Por tanto el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel.” (Isaías 7: 14)

El nacimiento y la muerte de Jesús fueron profetizados 700 años antes por el profeta Isaías, por eso es que nosotros los tenemos por fechas especiales, debido a que vemos como Dios cumple su palabra.

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