sábado, 18 de mayo de 2013

Lo que la Biblia enseña sobre… El Don de Profecía



El Don de Profecía

1.       ¿A quién revela Dios sus designios?

“Porque no hará nada Jehová el Señor, sin que revele su secreto a sus siervos los profetas. (Amós 3: 7)

2.       ¿Cómo se comunica Dios con el profeta?

“Y él [Jehová] les dijo: Oíd ahora mis palabras. Cuando haya entre vosotros profeta de Jehová, le apareceré en visión, en sueños hablaré con él. (Números 12: 6)

3.       ¿Puede una mujer ser profeta?

“Y después de esto derramaré mi espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros ancianos tendrán sueños y vuestros jóvenes recibirán visiones.” (Joel 2: 28) 

El Don Profético en la Iglesia Verdadera

4.       ¿Tuvo profetas la Iglesia primitiva?

“Y a unos puso Dios en la Iglesia, primeramente apóstoles, luego profetas, lo tercero maestros, luego los que hacen milagros, después los que sanan, los que ayudan, los que administran, los que tienen don de lenguas.” (1 Corintios 12: 28)

5.       ¿Qué estaba predicho acerca del Don Profético en la Iglesia verdadera?

“Yo me postré a sus pies para adorarle. Y él me dijo: Mira, no lo hagas; yo soy consiervo tuyo, y de tus hermanos que retienen el testimonio de Jesús. Adora a Dios; porque el testimonio de Jesús es el Espíritu de la Profecía. (Apocalipsis 19: 10)

Hola  de nuevo:

Como sabrán, este tema es algo complicado y para muchos poco creíble. En un mundo que ha diario está “embotado” por predicciones de horóscopos, adivinos, médiums y etcétera de cosas, es difícil creer en cosas como “Los Profetas”.

Primero debemos saber que los adivinos y médiums no son los caminos adecuados para conocer sobre nuestro futuro ni el de otras personas. Ya desde tiempos antiguos, Dios prohíbe este tipo de prácticas:

“No haya en ti… quien practique adivinación, ni agorero, ni sortílego, ni hechicero, ni encantador, ni adivino, ni mago, ni quien consulte a los muertos.
Porque es abominación para con Jehová cualquiera que hace estas cosas” (Deuteronomio 18: 10 - 12)

“Y si os dijeren: Preguntad a los encantadores y a los adivinos, que susurran hablando, responded: ¿No consultará el pueblo a su Dios? ¿Consultará a los muertos por los vivos?  (Isaías 8: 19 - 20)

Para ellos es necesario saber cómo diferenciar a los adivinos de los profetas.

La Biblia menciona 10 criterios Bíblicos para determinar si un profeta es de Dios o no.

Estos criterios se hicieron más conocidos cuando en el año 1972, un reportero proveniente de los Paises Bajos, llamado Rene Noorbergen escribió un libro llamado “Elena G. White: Prophet of Destiny” (Elena G. White: Profeta del destino).

A continuación paso a enumerar estos criterios:

1.       Un verdadero profeta no miente. Sus predicciones siempre se cumplen.

“… Cuando se cumpla la palabra del profeta, será conocido como el profeta que Jehová en verdad envió.” (Jeremías 28: 9)

2.       Un verdadero profeta, profetiza en el nombre de su Señor, no en su propio nombre.

“Porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo.” (2 Pedro 1: 21)

3.       Un verdadero profeta no da su propia interpretación de la profecía.

“Entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada.” (2 Pedro 1: 20)

4.       Un verdadero profeta señala los pecados y las transgresiones que el pueblo a cometido contra Dios.

“Clama a voz en cuello, no te detengas; alza tu voz como trompeta, y anuncia a mi pueblo su rebelión, y a la casa de Jacob su pecado.” (Isaías 58: 1)

5.       Un verdadero profeta advierte a la gente sobre la cercanía del juicio de Dios.

“Acontecerá en aquel día que Jehová castigará al ejército de los cielos en lo alto, y a los reyes de la tierra sobre la tierra.” (Isaías 24: 21)

“… Temed a Dios y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado.” (Apocalipsis 14: 7)

Según el libro de Noorbergen  “Estos primeros cinco criterios son suficientes para dañar la reputación de cualquier pseudo – profeta, pero si los “coronamos” con el segundo grupo de cinco o los cinco criterios restantes, ellos (los pseudo - profetas) son verdaderamente devastados.”

6.       Un verdadero profeta edifica la iglesia, aconseja y asesora en asuntos religiosos.

“Pero el que profetiza habla a los hombres para edificación, exhortación y consolación.
El que habla en lengua extraña a sí mismo se edifica; pero el que profetiza, edifica a la iglesia.” (1 Corintios 14: 3 - 4)

7.   Las palabras de un verdadero profeta estarán en absoluta armonía con las palabras del profeta que le precedió.

“¡A la ley y al testimonio! si no dijeren conforme a esto es porque no les ha amanecido.” (Isaías 8: 20)

**”Sin duda la gente les dirá a ustedes: “Consulten a los espíritus de los muertos
y a esos adivinos que cuchichean y susurran. ¿Acaso no debe un pueblo consultar a sus dioses, y pedir consejo a los muertos acerca de los vivos
para recibir una instrucción o un mensaje?”
Sin duda que hablarán así, pero lo que dicen es una tontería.
(Versión DHH)**

8.       El verdadero profeta reconoce la encarnación de Jesucristo.

“Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo.
En esto conoced el espíritu de Dios: Todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne, es de Dios…” (1 Juan 4: 1 - 2)

9.       El profeta puede ser reconocido por los resultados de su trabajo.

“Por sus frutos los conoceréis ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos?
Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos.
No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar buenos frutos.
Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego.
Así que, por sus frutos los conoceréis.” (Mateo 7: 16 – 20)

Finalmente el profeta debe ser capaz de cumplir con los requisitos enumerados en Deuteronomio 18: 9 – 12

10.   Un verdadero profeta actuará de acuerdo con la voluntad y la aprobación de Dios.

         “No sea hallado en ti quien haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, ni quien practique adivinación, ni agorero, ni sortilegio, ni hechicero,
Ni encantador ni adivino, ni mago, ni quien consulte a los muertos.
Porque es abominación para con Jehová cualquiera que hace estas cosas…”


“Basado en estos textos, es obvio que, no todo el que profetiza, es un Profeta de Dios.”

La promesa del Don Profético se cumplió en la Iglesia Adventista en la persona de la Sra. Elena G. de White, quien tuvo su primera visión en Diciembre de 1844.

Conocida como la última profetiza de la era moderna, la Sra. White no sólo escribió libros relacionados con temas religiosos, sino también sobre cuidados de la salud (Reforma Pro - Salud) y estilo de vida (La Educación, La Temperancia, entre otros)

Sus escritos forman parte importante en la educación y estilo de vida de los Adventistas.